¿Qué importan mis silencios?
¿Qué importan mis palabras?
¿Qué importa lo que hago o lo que dejo de hacer?
¿Qué importa todo si cuanto digo lo interpretas a tu antojo
y encima me lanzas como si fueran piedras todas las estrellas
que te regalé aquella noche de San Lorenzo?
Haz lo que quieras porque hace mucho que el dolor de tus desprecios
hicieron el callo que ahora uso como escudo.
Pero no creas que no me duele... porque duele
y mucho.
Ainsss, a veces sentimos demasiado peso y desahogarlo no depende de uno solo. O sí... Ánimo y muchos biquiños!
ResponderEliminar¡Gracias por los ánimos! Biquiños
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