Muchas veces me quedo pensando y pensando, pasando el tiempo muerto hasta darme cuenta de que quien se va muriendo soy yo, poco a poco, lentamente, muy despacio... pero no tan despacio es cuando llegue ese día en que descubra y me aterrorice a la vez que ha pasado el tiempo tan rápido que me he ido sin dirección.
Y es que aunque a veces uno mismo se permita el lujo o la necesidad de dejarse llevar, no siempre es bueno ir a la deriva si uno nunca sabe hacia donde va...
Que no me exilie a la sin razón...
Que ponga en orden mi cajón...
Y yo le ordeno a la dirección protagonismo como a un actor...