Me alteras, me rondas y me miras como si fuera lo más bonito que has visto en el mundo y justo después de eso, me dejas con la piel erizada pensando en que no sé qué hacer contigo cuando te quedas sentado mirando la televisión en lugar de besarme y arroparme entre tus brazos.
No es fácil... lo quiero todo y a veces nada.
De tí lo quiero todo aunque sea para siempre, porque tampoco es pedir tanto, no?
Sabes qué? Que no.
Mira, lo he pensado mejor. Casi prefiero que a ratos me ignores para que siga deseándote como la primera vez que te vi esperando en la puerta y temblando de frío mientras yo te ignoraba porque no sabía qué hacer contigo.